¿Quién no se ha preocupado alguna vez cuándo ha habido un robo en el vecindario? En los últimos años el índice de robatorios se ha disparado y es cada vez más común que haya hurtos en lugares donde antes las puertas se dejaban abiertas todo el día.
En este artículo te presentamos las estrategias más comunes que utilizan los ladrones para escoger casas dónde robar.
¿Cómo escogen casa los ladrones?
Los ladrones suelen fijarse en casas tipo chalet en zonas adineradas, aisladas, con muchos accesos a ras de suelo y que pasen largos períodos de tiempo deshabitadas. Los bloques de pisos no son tan atractivos para ellos debido a la presencia de vecinos y a la dificultad de entrada.
¿Cómo escogen casa los ladrones?: Robos planeados
En el caso de los robos planeados, los ladrones pasan largos períodos de tiempo observando una casa en la que creen que pueden obtener un gran botín. Según Ángel, alias el Oso (ex-ladrón):
“Hay que estar entre dos días y una semana vigilando, depende de la casa. Obviamente, vigilas calles buenas, de gente de pasta, no pierdes el tiempo en Usera para llevarte una alianza cutre de casada o una medallita de la Comunión”
Los robos planeados pueden ser detectados y evitados estando atentos a diversas señales:
- Si ves marcas extrañas, u objetos que alguién ha dejado expresamente en tu portal, podría ser una señal de que han marcado tu casa para robarla. Preocúpate especialmente si ha habido otros robatorios en tu barrio recientemente.
- Ves personas desconocidas que pasan mucho tiempo cerca de tu casa. Esto es fácil de detectar en zonas pequeñas, donde todo el mundo se conoce. Si sospechas que alguien está observando tu casa, asegúrate de que sepa que lo has visto, lo más normal es que se eche atrás por haber sido descubierto.
- Cuidado con las visitas inesperadas: sé desconfiado. Un método que usan mucho los ladrones para entrar a casas de ancianos y gente mayor es hacerse pasar por alguien de confianza, como un médico, transportista o similar.
¿Cómo escogen casa los ladrones?: Robos improvisados
Sin embargo, lo más común es que los robos sean improvisados (90% de los robos), por lo que los ladrones seleccionan una zona interesante y la analizan hasta encontrar una casa que creen que está vacía y con algún punto débil para entrar.
El robo no suele durar más de 30 minutos, incluso menos si los ladrones son experimentados y saben lo que buscan. En ese tiempo, aunque salte la alarma, es complicado que la policía llegue a tiempo, sobretodo si se trata de una zona aislada.
Es importante comentar que, al contrario de la creencia popular, más del 70% de los robos ocurren bajo la luz del día. Los intrusos aprovechan las horas de trabajo y de escuela, cuando la casa está vacía.
Ser ladrón en tiempos de pandemia es un mal oficio, ya que todo el mundo está en casa casi todo el tiempo. Lástima que no puedan pedir un ERTE.
Experiencia real de personas que han sufrido robos
En este apartado vamos a ver un robo del que conozco información de primera mano, ya que mi pueblo sufrió una oleada de hurtos hace 2 años.
El robo del perro
Es una mañana de Enero normal en mi tranquilo pueblo de 2000 habitantes, donde nunca pasa nada especial. La família Font es una conocida familia adinerada de la zona, tiene una empresa de construcción y les va muy bien debido al auge de la restauración de casas rurales.
Es sabido que «arreglan» un poco las facturas a sus clientes, y cobran partes del trabajo en negro. Esto les convierte en una diana para ladrones, ya que guardan mucho efectivo.
Viven en una casa unifamiliar de 2 pisos, con garaje, jardín trasero, un piso para los abuelos, y otro para los hijos. Preocupados por su seguridad, se hicieron con unas buenas puertas de garaje, y una puerta de entrada imponente.
Sin embargo, existe un punto débil en la puerta trasera que conecta el garaje con el jardín. Sabedores de este factor, compraron un perro raza Pitbull, conocidos por sus grandes dotes de protección del hogar. El perro resultó ser un gran perro familiar, muy cariñoso, incluso se dejaba acariciar por los niños que pasaban cerca de la verja. Pero las tareas de protección no eran su punto fuerte.

Esa mañana de Enero, los ladrones ya tenían previsto entrar en la casa de los Font, porque sabían que no había nadie en casa, y habían visto la entrada trasera, que parecía el punto más débil.
Para llegar a la entrada trasera hicieron algo inhumano, envenenaron al cariñoso pitbull con algún tipo de fármaco mezclado con jamón. Lastimosamente el perro murió…
Los ladrones forzaron la puerta trasera, entraron fácilmente y despreocupados, ya que los Font no tenían alarma. Robaron la caja fuerte, sacándola literalmente de la pared.
Cuando los Font llegaron a casa unas horas después, se encontraron la escena del crimen. El señor Font aún dice hoy en día que lo que más le dolió fue que mataran a su querido perro, el dinero que perdió (una cantidad desconocida, pero seguramente muy grande) parece no importarle demasiado.
De los errores se aprende: después de esta mala experiencia, los Font pusieron una puerta trasera doble, con una verja metálica, y compraron una alarma libre de cuotas, con sirena, cámaras y sensores de movimiento, que te avisa directamente al móvil si detecta intrusos cuando está activada.
Hasta aquí el artículo de hoy, espero que os sea útil para proteger mejor vuestro hogar y evitar malos tragos.
¡Hasta la próxima!